Con el paso de los años se ha adaptado a nuestra cultura para perder gran parte de sus connotaciones originales, pero eso no quita que sigan ahí, ocultas a simple vista. Estando muy lejos de quedar en desuso, a diario utilizamos la palabra cafre para referirnos a alguien bruto, asilvestrado, bestia… Ahora un congreso de botánicos eliminará el nombre de 200 plantas que también incluían ese mismo término por considerarse racista.
Basta con pasarse por la RAE para ver que la palabra cafre viene de kāfir, en árabe, y que en su lengua original significa pagano. Bajo esa misma terminología se dio nombre a la Cafrería, una colonia inglesa que ocupaba lo que actualmente es el Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica. El problema es que esa designación era extraoficial y, al llamarlo la tierra de los cafres, se hacía como un insulto, no como un gentilicio.
El racismo oculto tras la palabra cafre 4tr65
Lo que hoy utilizamos como parte de nuestro vocabulario sigue considerándose uno de los insultos más ofensivos que se pueden pronunciar por aquellos lares y, de esa connotación despectiva convertida en discurso de odio en ciertos círculos, un grupo de científicos ha decidido que todas las plantas que incluyen el término se modifiquen de forma retroactiva.
Plantas como la Erythrina caffra, originarias de esa zona sudafricana, perderán la letra c para quedarse en Erythrina affra y, de esta forma, ayudar a enterrar una palabra que tiene sinónimos suficientes como para dejar de usarla mientras tomamos conciencia de que su origen puede llevar a conflictos totalmente innecesarios.
Imagen | Danielh5353 en Midjourney
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