Bárbara Gimeno
EditorEn el mundo de los videojuegos, hay personajes que nacen con la gloria asegurada. Mario, con su gorra roja y su carisma de fontanero optimista, es uno de ellos. Pero, detrás de él, Luigi ha construido una historia propia, una marcada por la sombra de su hermano, el silencio incómodo de no ser "el elegido, el protagonista" y el reto constante de definirse por sí mismo. Luigi es la figura del personaje secundario que se resiste a ser olvidado. Y, en ese proceso, ha acabado conquistando tanto a quienes alguna vez también se sintieron un segundo plato como a los que siempre han estado en primera plana.
Desde su debut en Mario Bros. (1985), Luigi ha estado presente. Fue introducido como una simple alternativa con cambio de color de Mario en partidas multijugador. Verde en lugar de rojo, más alto y delgado con el tiempo, pero sin una personalidad clara definida. Sin embargo, su evolución ha sido sutil y constante. Ha pasado de ser esa simple alternativa a convertirse en un personaje complejo, torpe, valiente, vulnerable y lleno de matices.
Luigi's Mansion: el miedo como identidad 6s2i12
Si hubo un momento decisivo en el que Luigi dejó de ser solo "el hermano de", fue en 2001 con Luigi’s Mansion para GameCube. En lugar de presentarlo como un héroe musculoso y fuerte, Nintendo apostó por la fragilidad: Luigi se adentraba en una mansión encantada, armado con una linterna y un aspirador, temblando de miedo. Y ese miedo fue lo que le hizo inolvidable y lo que le permitió conectar con un montón de gente que, tal vez, se sentía un poco —o bastante— identificada con él.
Luigi’s Mansion cambió, entonces, el paradigma. Nos mostró que la valentía no siempre viene acompañada de fuerza, sino de enfrentarse a lo que más te aterra. La popularidad del juego fue tan grande que dio pie a dos secuelas (Luigi’s Mansion 3) y convirtió a Luigi en un protagonista real. Lo curioso es que lo hizo sin quitarle sus inseguridades. En lugar de ocultarlas, Nintendo las hizo parte de su encanto.
A diferencia de Mario, que rara vez se piensa las cosas dos veces, Luigi duda. Y esa humanidad lo vuelve más cercano. Sus pasos dubitativos, sus grititos asustados, sus gestos nerviosos, sus tembleques… Todo ello le convierten en un personaje más emocional. Y eso ha conectado con una generación que cada vez valora más la vulnerabilidad en sus ídolos.
El pobre Luigi y sus caras de miedo
Luigi no solo ha crecido en sus juegos, sino que ha sabido mantenerse relevante en la saga principal. En títulos como Super Mario 3D World, Nintendo ha dejado claro que Luigi tiene, por ejemplo, los saltos más altos. No es un defecto: es una manera de mostrar que juega con otras reglas.
Y a eso se suma su humor. Mientras Mario siempre mantiene una imagen, digamos, pulcra y más bien neutral, Luigi ha sido muchas veces el recurso cómico. En los juegos de Mario & Luigi, especialmente en Superstar Saga, sus expresiones exageradas, sus accidentes un tanto absurdos y su carácter distraído lo convierten en el más humano de los dos. Esa capacidad para reírse de sí mismo, incluso cuando es ridiculizado, lo ha hecho ganar una legión de fans.
También ha protagonizado memes memorables, como el "Death Stare" de Mario Kart 8, donde su mirada desafiante al adelantar a otros corredores lo convirtió en viral. Sin buscarlo, Luigi ha dejado huella incluso en los momentos más fugaces, demostrando que un gesto puede revelar más que un diálogo entero.
El eterno segundón que ya no lo es tanto 5r86a
Y sin embargo, sigue habiendo algo trágico en su figura. Luigi quiere destacar, pero sabe que nunca será Mario. En Super Paper Mario, un juego con fuerte carga narrativa, aparece como Mr. L, una versión oscura de sí mismo manipulada por los villanos. Es uno de los momentos más simbólicos de su historia porque, de alguna manera, nos presenta a un Luigi que, al fin, rompe con su rol, aunque sea desde el antagonismo.
Esa rebeldía, sin embargo, dura poco. Al final, Luigi siempre vuelve. Y, aunque lo haga desde la sombra, su presencia es clave. No solo es útil: es imprescindible.
En Super Mario Galaxy, es desbloqueable como personaje jugable con mecánicas distintas, y en Super Mario Odyssey, aunque no aparezca en la historia principal, protagoniza los eventos del modo Luigi’s Balloon World, donde es el maestro de los desafíos.
Luigi y su "Death Stare"
Luigi ya no necesita ser el primero para ser recordado. Lo ha conseguido siendo distinto. Mostrando que hay otras formas de ser héroe. Que no todo el mundo está hecho para el centro del escenario, y que eso también tiene un valor profundo.
En 2023, con el estreno de Super Mario Bros. La película, Luigi volvió a estar en el foco. La película lo representó como alguien que, aunque miedoso, es leal hasta el final. Chris Pratt daba voz a Mario, pero muchos destacaron la actuación de Charlie Day como Luigi: exagerada, nerviosa, divertida… y muy, muy humana.
Nintendo parece entenderlo mejor que nunca; una de las pruebas es que el merchandising de Luigi se vende casi al mismo nivel que el de Mario. Hoy, en 2025, hay rumores persistentes sobre una nueva entrega de Luigi’s Mansion en desarrollo, lo que demuestra que su valor como prota no es anecdótico.
Luigi representa a todos los que alguna vez caminaron un pasito por detrás, a los que sintieron que no eran suficientes, que no estaban diseñados para liderar. Pero también representa la transformación, la posibilidad de ser tú mismo, incluso si eso significa temblar un poquito de miedo mientras avanzas.
Su evolución dentro del universo de Nintendo es un recordatorio de que no todos los héroes llevan capa o entran por la puerta principal. Algunos lo hacen desde un pasillo lateral, con pasos inseguros, pero con una voluntad férrea. Y al final, eso también es ser valiente.
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