Todos conocemos los famosos textos de fantasía de Tolkien. El autor británico comenzó a escribir a los diecinueve años, pero fue durante la Primera Guerra Mundial, en la que participó, cuando comenzó a dar forma a su Legendarium. Pero, ¿qué habría ocurrido si Tolkien no hubiera escrito El Señor de los Anillos? ¿Qué sucedería si la gran obra de fantasía la hubiera escrito Adolf Hitler? El autor Normann Spinrad responde a estas preguntas en El Sueño de Hierro, una extravagante ucronía protagonizada por el propio Hitler como autor del libro "El Señor de la Esvástica".
Es lunes, y aunque sabemos que se avecina una semana dura, para mí esta tercera semana de enero podría terminar hoy tras descubrir El Sueño de Hierro. La ucronía siempre es intrigante. La primera de ellas corresponde al filósofo francés Charles Renouvier, que en 1857 presentó Ucronía: La utopía en la Historia, un relato que parte de la pregunta: ¿qué habría ocurrido si el cristianismo y el despotismo militar no hubieran triunfado en el Imperio romano del siglo III?
Es un género fascinante que ha ido creando universos interesantes, pero que en los últimos años se ha estancado en la pregunta: ¿qué sucedería si Alemania hubiera ganado la Segunda Guerra Mundial? Ante esta monotemática, el autor Normann Spinrad decidió dar un giro en 1972 con El Sueño de Hierro y llevar a Hitler, quien a los 28 años había presenciado la derrota del Imperio alemán en la Primera Guerra Mundial, a Estados Unidos para que escribiera novelas de fantasía.
Hitler como escritor de fantasía y creador de la épica medieval
La obra de Spinrad es intrigante desde el principio, pero en lugar de dar a Hitler una historia alternativa como escritor de fantasía, le atribuye la autoría de El Señor de los Anillos. En la novela El Sueño de Hierro, Hitler huye a Estados Unidos tras el ascenso del comunismo en Alemania, donde trabaja como ilustrador antes de empezar a escribir historietas.

Spinrad no buscó humanizar a Adolf Hitler en esta peculiar "reconstrucción ficticia de la historia", sino llevarlo a un terreno paródico en el que, tras pasar un tiempo en Norteamérica, Hitler descubre que puede usar la fantasía como medio para transmitir sus ideas. Una crítica a un fascismo que se cae a trozos, donde Hitler encuentra éxito tras escribir "El Señor de la Esvástica", una novela que utiliza para difundir un mensaje profascista bajo el disfraz de una obra de fantasía.
En la novela, Hitler incluso gana el Premio Hugo en 1953, un galardón otorgado anualmente a las mejores obras de ciencia ficción o fantasía. Sin embargo, "El Señor de la Esvástica" no incluye hobbits, ni magos errantes con largas barbas, ni un Anillo Único, pero sí un villano supremo y un héroe que debe derrotarlo para salvar al mundo.
De hecho, lo más llamativo es que no es el único en darle un giro ucrónico a la autoría de El Señor de los Anillos. En 1999, el ruso Kiril Yeskov escribió El último anillo, una obra que reimagina la novela de Tolkien, pero desde el punto de vista de los villanos de la historia. Un mensaje de memoria histórica diluido en una narrativa que concluye con la moraleja "la historia transmitida por los vencedores está lejos de la realidad".
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