"Tenías que llevar un spray de pimienta y un cuchillo para salir por la noche". El equipo de rodaje de Mad Max: Furia en la Carretera sufrió acoso y violencia en Namibia 2v3h5x

La productora tuvo que contratar a un grupo de ex soldados de las fuerzas especiales para vigilar y proteger a los del equipo durante la noche 5b5mn

Seguramente el nombre de Swakopmund no te diga mucho, pero esta pequeña ciudad costera de Namibia, con poco más de 75.000 habitantes, fue el epicentro del rodaje de Mad Max: Furia en la carretera. Dirigida por George Miller, esta cuarta entrega de la saga Mad Max llevó al equipo de producción a los impresionantes y hostiles paisajes naturales del desierto namibio, los cuales contribuyeron a crear ese ambiente apocalíptico tan característico de la película. Sin embargo, lo que debía ser un escenario perfecto para el cine se convirtió también en un auténtico calvario para actores, extras y equipo técnico, que enfrentaron desafíos mucho más allá de los típicos problemas de rodaje. La convivencia con los habitantes locales y las difíciles condiciones de seguridad hicieron de esta experiencia algo inolvidable.

Desde el primer momento, la presencia del equipo de Mad Max impactó significativamente en Swakopmund. No solo alteraron el entorno natural y causaron daños significativos en paisajes naturales, sino que la ciudad se vio invadida por el numeroso grupo de extras australianos caracterizados como los Warboys de Immortan Joe. Estos extras, junto con su estética extravagante y actitud intimidante, provocaron una reacción inesperada entre los habitantes locales.

Algunos grupos de jóvenes comenzaron a imitar la apariencia de estos personajes, maquillándose de blanco y circulando por la ciudad como si fueran parte del apocalipsis ficticio. Tal fue el entusiasmo de estos jóvenes que, según declaraciones recogidas en el libro "Sangre, sudor y cromo" de Kyle Buchanan, muchos incluso dejaron de asistir a clases para intentar colarse en los sets de rodaje. El caos que esto generó no solo afectó al orden público, sino también a la seguridad del equipo de producción.

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Una situación delicada 3q4w4a

La seguridad en Swakopmund fue un problema constante durante todo el rodaje. Scotty Gregory, uno de los especialistas de la película, recuerda claramente la hostilidad del ambiente nocturno: "Tenías que llevar un spray de pimienta y un cuchillo para salir por la noche". El propio Gregory fue víctima de un atraco en uno de los pocos bares de la ciudad frecuentado por el equipo de producción. Para recuperar sus pertenencias, tuvo que acudir a Nathan Jones, el imponente actor que interpreta a Rictus en la película. La figura de Jones, con sus más de dos metros de altura y complexión musculosa, intimidó a los asaltantes y logró recuperar las pertenencias de Gregory. Pero este no fue un incidente aislado. Otros del equipo también vivieron episodios similares, lo que llevó a la producción a contratar a un grupo de ex soldados de las fuerzas especiales para vigilar y proteger a los del equipo durante la noche.

Las actrices, en particular, vivieron situaciones aún más desagradables. La doble de Charlize Theron, Dayna Grant, relata cómo debido a su cabeza rapada, la confundían constantemente con la actriz principal, lo que resultó en un acoso continuo en las calles de Swakopmund. "Me acosaban mucho en la calle y mis hijos también eran abordados. Al final, la producción decidió hacerme una peluca, y todo mejoró muchísimo después de eso", recuerda Grant. La seguridad se volvió tan crítica que muchas de las mujeres del equipo decidieron mudarse juntas, buscando mayor protección ante los constantes intentos de intrusión en sus alojamientos, donde escuchaban cómo forzaban puertas y ventanas durante la noche.

Petrina Hull, miembro del equipo de producción, describe la atmósfera que se vivía después de las primeras semanas: "Hubo un periodo de luna de miel, y luego, tres o cuatro semanas después, empezabas a encontrarte con las mismas personas todo el tiempo. No había a dónde ir. Estabas preocupada por tu seguridad o tenías que estar alerta todo el tiempo. Si necesitabas tomar aire fresco, no podías simplemente caminar por la calle a las ocho de la noche". Las restricciones para las mujeres eran especialmente severas, como señala Kelly Marcel, guionista del filme: "Si eras mujer, particularmente, no podías estar fuera después de las seis de la tarde. Si salíamos a cenar, teníamos que ir en grupo o con seguridad, o acompañadas de hombres".

Incluso del equipo como Adam Kulper, conocido por su tamaño imponente, llegaron a sentirse inseguros en esta pequeña ciudad. "Mido 1,90 metros y peso más de 100 kilos. Soy un tipo grande y fuerte. Hubo momentos en los que me sentí un poco nervioso", ite Kulper. La constante tensión obligó a varios del equipo a organizar patrullas improvisadas durante los fines de semana. Jon Iles, uno de los encargados de la seguridad, recuerda cómo se turnaban con otros para llevar a casa a los compañeros que habían salido a los bares locales, conocidos como "shebeens". "A veces llevabas a alguien de vuelta a casa a las cuatro de la mañana, con un corte en la cabeza. Les decías: 'Amigo, necesitas irte porque esta gente va a quitarte los zapatos, te van a quitar todo y te dejarán tirado en la cuneta'", relata Iles.

La experiencia del rodaje en Namibia fue una mezcla de emociones. El equipo el equipo terminó el rodaje contento a pesar de todo, satisfecho de haber participado en una de las más grandes películas de acción de todos los tiempos, que puedes ver hoy mismo en Max o Netflix.

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