Una de las principales preocupaciones de Estados Unidos está relacionada con su control sobre los dispositivos tecnológicos que envía a otros países. Un ejemplo de ello podría ser la limitación de exportaciones que impuso en China, territorio que está recibiendo versiones modificadas de sus chips y tarjetas gráficas más populares. Por desgracia, la falta de control sobre estos elementos ha provocado que dicha normativa, lejos de ser efectiva, empiece a estar más cerca de lo simbólico que de lo eficaz, siendo Rusia el ejemplo perfecto.
Como señala una nueva crisis de exportaciones.
La relación de Rusia y Estados Unidos
Según Rikor, por ejemplo, solo en 2024 ejercieron la compra de más de 120.000 procesadores, una cifra que supone un aumento del 30% respecto al año anterior. Todo indica que la mayoría de estas importaciones no aparecen en registros oficiales, ya que los chips se estarían etiquetando como "procesadores" en los documentos de envío. Por consiguiente, Estados Unidos estaría viviendo una situación similar a lo que ya sucede en Singapur, lugar que sirve como puente tecnológico entre los dispositivos más prestigiosos del país norteamericano y las compañías punteras de China.
Por desgracia para los intereses estadounidenses, parece ser que las sanciones occidentales no son tan efectivas como debieran serlo. En la actualidad, existen numerosos canales alternativos y redes de contrabando. Así, Hong Kong es un ejemplo perfecto, ya que es un punto clave en el tráfico de semiconductores y maneja miles de millones de euros en chips. Además, otros países como India y Malasia también son usados como intermediarios, ya que las compañías involucradas cambian etiquetas o agrupan chips para evitar controles.
Sea como fuere, muchos expertos vaticinan que el precio de los productos tecnológicos podría llegar a aumentar hasta un 10% en los próximos meses. Más allá de la tensión existente entre China y Estados Unidos, un conflicto que ha llevado a los norteamericanos a nuevos agentes que quieren ensalzar su posición en el sector. Esto, sumado a la intención de Rusia de seguir vetando el a productos estadounidenses, ha provocado la apertura de un nuevo frente cuando peor le viene a Estados Unidos.
Rusia quiere limitar a Microsoft y Zoom
Como recoge desarrollar soluciones de software nacionales, ya que considera que esta es la alternativa más potente que pueden llevar a cabo.
De esta forma, la declaración de Putin se alinea con la política rusa de sustitución tecnológica y soberanía digital. Desde hace meses, Rusia ha promovido el uso de sistemas operativos locales (véase, por ejemplo, Astra Linux) en entornos gubernamentales, una idea a la que podemos sumar el gasto multimillonario que ha realizado para impulsar las infraestructuras locales. De esta forma, tanto los servicios de Microsoft como Zoom podrían enfrentarse a bloqueos, restricciones técnicas e incluso una reducción de dentro del territorio ruso.
En el pasado, Rusia ya ha adoptado estas medidas con plataformas como Facebook, Instagram o LinkedIn, una serie de opciones que han sido limitadas o bloqueadas en los últimos años. Así, la intención del Kremlin es reducir la dependencia de tecnología occidental, especialmente en sectores que consideran críticos como defensa, educación y gobierno. Por ello, Putin ya anunció que la inversión multimillonaria que están realizando para ensalzar la industria de chips. No obstante, la migración a alternativas nacionales de algunas empresas rusas podría terminar convirtiéndose en una quimera para el desarrollo tecnológico nacional, ya que no cuentan con alternativas a la altura.
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En 3DJuegos | Estados Unidos cambia de enemigo digital y su guerra cibernética ya no apunta a Rusia, sino a su próximo gran rival
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