Han lanzado 16 videojuegos desde entonces y éste todavía sigue siendo el más rudo y agresivo de Blizzard

Han lanzado 16 videojuegos desde entonces y éste todavía sigue siendo el más rudo y agresivo de Blizzard

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Blizzard Blackthorne.
marc-rollan-el-funs

Marc Rollán El Funs

Colaborador
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Marc Rollán El Funs

Colaborador

Hubo una época en que Super Nintendo, los cuales, en su mayoría, funcionaron tan bien que serían portados más adelante a otros sistemas.

En los tiempos de Super Nintendo

Los primeros tres juegos fueron RPM Racing, una suerte de secuela espiritual titulada Rock n’ Roll Racing, y la extraordinaria primera entrega de The Lost Vikings: ambos videojuegos que pudiste encontrar en la Warcraft: Orcs & Humans, aparecido con semanas de diferencia, eclipsó del todo su lanzamiento.

Blackthorne.

Blackthorne, al que conocimos en Europa como Blackhawk, inició su andadura como un proyecto titulado Nightmare, cuya intención era imitar la ambientación del extraordinario Prince of Persia clásico, acabó permutando en una versión canalla de éste, en que el príncipe había sido sustituido por un rudo y melenudomusculoso luciendo todos los clichés del héroe de acción ochentero: camiseta de tirantes reglamentaria, tejanos, botas y gafas de sol, además de ir armado con una escopeta que podía disparar de espaldas; una acción que si bien no servía de mucho en el juego, tenía entusiasmado a todo el equipo.

Los parecidos con Prince of Persia son incuestionables

Los parecidos con Prince of Persia son incuestionables. Todo el título, ambientación aparte, emana un característico regusto a este clásico. Incluso en sus animaciones recuerda a la obra maestra de Jordan Mechner, las cuales, igual que en éste, fueron animadas mediante la técnica de la rotoscopia. Su artista Stuart Rose, cámara en mano, filmó a Frank Pierce, cofundador del estudio, realizando todos los movimientos del juego en un parque infantil cerca de sus oficinas. El resultado fue espectacular, aunque no rompedor, pues ya habían pasado cinco años desde que Mechner había hecho lo propio en su modesto Apple II.

Blackthorne.

Con todo, Blackthorne era mucho más que una versión macarra de Prince of Persia. Aunque sus propios desarrolladores le dieran mucha importancia a los tiroteos y explosiones, en realidad era un juego centrado en las plataformas y en los puzzles, los cuales abrían el a nuevas zonas del mapa. Lo curioso es que, como era habitual en aquella proto-Blizzard, todo el contexto y argumento del juego fue desarrollado a posteriori, cuando ya estaba terminado en la práctica. Matt Findley, su productor en Interplay, se sacó del sombrero una historia intergaláctica en el que su protagonista, Kyle "Blackthorne" Vlaros, vuelve a su planeta natal a reclamar el trono que le pertenece. Como explicó Findley en una entrevista con Retro Gamer, era "como un raro híbrido entre El Señor de los Anillos y Conan el Bárbaro" del que, confiesa también, no está nada orgulloso. En lo que Interplay sí invirtió un considerable esfuerzo fue en su portada, dibujada por el gran Jim Lee, que en aquel momento se encontraba en la cúspide de su popularidad gracias a su trayectoria en los cómics de X-Men. La portada es espectacular, eso nadie puede negarlo, aunque Lee dibujase un personaje que no se parecía en casi nada al protagonista del juego.

El proyecto, por desgracia, estuvo gafado desde el primer momento

Blackthorne fue un éxito en Estados Unidos. La prensa se mostró encantada con el proyecto, el cual fue portado a posteriori a ordenadores y a una discutible adaptación para 32X, desarrollada por la propia Blizzard, que sustituyó las animaciones de los personajes por modelos poligonales muy pobres en comparación. El proyecto, por desgracia, estuvo gafado desde el primer momento. La versión japonesa fue muy censurada, y la europea tuvo que ser rebautizada como Blackhawk, ya que una popular sidra en el Reino Unido ya tenía registrado el nombre. Además, el juego no fue oficialmente distribuido en España. Llegó mediante la importación de otros países como Alemania o el mismo Reino Unido, pero al no contar con distribución de Erbe no fue analizado por ninguna revista de la época.

Blackthorne.

Según Findley, pese a todos estos reveses, en Interplay no hubieran tenido problema en continuar desarrollando nuevos títulos ambientados en el universo de Blackthorne. Desgraciadamente, o por fortuna según se mire, la recién rebautizada Blizzard cortó su relación con la distribuidora tras el éxito de la primera entrega de Warcraft, relegando al olvido a este juego, el cual, de alguna manera, puede considerarse como la última obra, o una de las últimas, antes de que el estudio iniciase su éxito internacional.

Una lectura: The Art of Blizzard Entertainment

Actualmente sin stock de nuevas unidades, pero sí disponible de segunda mano, el libro de arte de Blizzard es una verdadera maravilla para fans de la compañía norteamericana. Un vistazo muy detallado a la génesis de algunas de sus grandes marcas y, además, un repaso estético a una de las empresas con mayor identidad visual de todos los tiempos.

Art of Blizzard Entertainment

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