¿Qué hay bajo la arena de la playa y por qué está en peligro? 1r4sm

Si alguna vez te has pasado la mañana cavando un hoyo en la playa es probable que llegado a cierto punto te hayas acabado preguntando qué hay debajo de la arena de la playa. La lógica nos dice que bajo la arena de la playa lo que hay es más arena, y aunque no sería una afirmación incorrecta, en realidad ese subsuelo esconde mucho más que simplemente arena.

Bajo animales que sobreviven a base de alimentarse y descomponer los restos orgánicos que llegan hasta la playa hay capas de arena mucho más compacta y, bajo ellas, los minerales, arcillas y rocas que dieron lugar a que se crease esa arena a lo largo de millones de años. Por la erosión de las olas, el viento, y la arena que transportan los ríos o empuja el propio mar, esas piedras van dejando paso a la arena que, compactándose y solidificándose en nuevas rocas, mantiene vivo un ciclo que está en peligro de extinción desde hace décadas.

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Lo más común a la hora de pensar que nos estamos quedando sin playas, pese a que cada parte del mundo tiene distintos tipos de arena o rocas pero en todas ocurre lo mismo, en realidad no está en que la fuerza de las olas y las tormentas arrastran la arena hasta deshacerse de ella y mandarla al fondo de mares y océanos. Esa sinergia entre las olas y la sedimentación hace que, de la misma forma que arrastra arena, también traiga nueva, así que aunque la arena de las playas se desplace siempre terminar volviendo de una u otra forma para mantener el delicado equilibrio y ecosistema que se encuentra en nuestras playas.

El problema, tal y como recogía el premiado documental Sand Wars, La Guerra por la Arena, está en el hecho de que la arena se ha convertido en el segundo recurso natural más explotado por la humanidad. Sólo el agua fresca está por encima, pero a diferencia de esta aún no nos hemos puesto manos a la obra para compensar el desajuste que provoca su extracción.

Los sistemas de construcción moderna, la industria de vidrio, los componentes de tecnología y la industria urbanística enfocada al turismo, han hecho que lo que parecía un recurso ilimitado se viese afectado por una explotación tan masiva y descontrolada como irresponsable que, según los expertos, si no le ponemos freno, desaparecerá por completo de nuestras costas durante el próximo siglo.

Imagen | Igor Shalyminov

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