Hace varios meses, informamos que Japón había comenzado a abordar el problema de la tendencia de viajar al país para realizar directos visitando la ciudad. Resulta que, durante este año, muchos creadores de contenido han llegado a Tokio con el simple objetivo de molestar y acosar a los transeúntes de la zona.
Uno de los que generó más polémica fue Johnny Somali, un polémico streamer de Kick que actualmente enfrenta una multa de 1.200 euros por molestar a los clientes de un restaurante al poner la música demasiado alta y hacer comentarios sobre su deseo de lanzar bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.
Aunque el streamer intentó defenderse de las acusaciones argumentando que no podía controlar el volumen de los audios que salían de su altavoz, la fiscalía japonesa no le creyó y sostuvo que Somali estaba actuando de manera arbitraria con la única intención de complacer a sus espectadores.
Japón ya está tomando medidas contra los streamers molestos
Esto llevó a que, en un último intento, el streamer solicitara clemencia, itiendo que fue un acto vergonzoso que molestó a empleados y clientes, y jurando a su vez que nunca grabaría ni distribuiría ningún tipo de vídeo o transmisión en el futuro para evitar más problemas de este tipo. Se espera que el veredicto se dicte el 10 de enero de 2024, fecha clave para determinar si Somali podrá volver a ingresar a territorio japonés.
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