Fast & Furious lleva varios años dominando en cines con películas capaces de superar la barrera de los mil millones de dólares recaudados en taquilla. Sin embargo, como con los superhéroes, no hay imperio que dure para siempre y la franquicia empezó a mostrar serios síntomas de agotamiento comercial con Fast X a mediados del pasado curso, un hecho que parece que tendrá consecuencias.
Así lo podido saber a través de sus fuentes Jeff Sneider, uno de los periodistas mejor informados de Hollywood. Siempre de acuerdo a sus os, la idea de los productores detrás de Fast & Furious es un regreso a lo básico. ¿Qué significa esto? Básicamente, un film con un presupuesto algo menor y un guion menos trotamundos y repleto de personajes, centrado en un golpe o en una carrera.
Así, por ejemplo, la undécima entrega numérica de Fast & Furious contaría con una inversión de 200 millones de dólares, un pastizal que la colocará como una de las más grandes superproducciones de su año de estreno pero sin duda muy inferior a los 340 millones de dólares que se gastaron en Fast X lastrando y mucho sus posibilidades de éxito pese a una taquilla de 714 millones de dólares.
Jason Momoa, ¿borrón y cuenta nueva?
Sneider va más allá en su información y comenta que Jason Momoa podría no regresar como Dante Reyes a esta nueva entrega de Fast & Furious. Esto presenta bastante interrogantes ya que Fast X acabó con bastante suspenso y no contar con el actor dejaría algo coja la trama. Además, recientemente tuvimos unas declaraciones de la estrella de Aquaman y el Reino Perdido donde parecía seguir vinculado al proyecto, si bien también dejó claro que este se haría de rogar.
Veremos en qué queda todo esto. Lo que está claro es que el pequeño tropiezo comercial de Fast X, unido a su presupuesto desorbitado, ha hecho que se replanteen muchas cosas en la franquicia capitaneada por Vin Diesel, que también tiene en el horizonte el desarrollo de una cuarta película de Riddick.