Para rodar este thriller de acción, Harrison Ford le pidió un favor al auténtico presidente de los EE.UU: quería una visita guiada por el Air Force One

Os hablaba hace unos días de cómo Robert Downey Jr. escribió una vez una carta a Gerard Butler agradeciéndole haber hecho Objetivo: La Casa Blanca, un film que le hacía recordar los tiempos de antaño en el que estos thrillers de acción eran tan comunes. Por ejemplo en los 90, cuando se estrenó otra película donde la vida del presidente estaba en juego. Me estoy refiriendo hoy a Air Force One.

Un thriller de secuestros y aviones intenso

Se trata de una producción a la que tengo mucho cariño. Primero por su reparto, encabezado por un Un enemigo mío. Y tercero porque, a pesar de todos los fallos que pudiéramos encontrar en sus más de dos horas de metraje, y de caer en un sinfín de clichés del género, logró crear en mí cierta afición por las pelis de secuestros y aviones que todavía mantengo.

Tal es mi pasión por ella que no dudé en verme hace unas semanas, cuando la subieron en SkyShowtime, una producción homónima y de escaso presupuesto con una estrella de Arrow que, personalmente, me pareció bastante limitada... y engañosa. Se trata de Air Force One: Secuestro aéreo, y aunque su tráiler no es malo, la acción del film transcurre casi toda en tierra y con muy poca emoción.

Pero dejemos atrás nuevas versiones fallidas para centrarnos en la Air Force One que hoy nos importa, un thriller de acción a más de 15.000 pies de altura donde el presidente Marshall (Ford) debía salvar a su familia y a varios de su equipo más cercano tomados como rehenes por un terrorista (Gary Oldman) en el avión presidencial que los llevaba de vuelta a Washington D. C. desde Moscú.

Lo que venía a continuación ya os lo podéis imaginar, más de dos horas de tensa persecución sobre el aire con mucho heroísmo y mucho "EE.UU. no negocia con terroristas" en la que había unas cuentas escenas de quizás te estás flipando algo en un avión a prueba de balas y con una cápsula de escape que no sé si existe o existía. Lo que sí se es que los autores del film visitaron el Boeing verdadero.

"Le pedí hacer una visita guiada por le avión"

No les resultó fácil. En un primer momento se negaron desde la Casa Blanca, pero según contó Harrison Ford hace unos años, se encontró una vez con Bill Clinton y no se pudo resistir a pedírselo por el bien de la producción. De paso, también se hizo con una VP que elevaba aún más el nivel del reparto: "Le dije a Glenn Close si podía interpretar a la vicepresidenta, que por cierto estaba escrita para una mujer, y le pregunté al presidente si podía organizar una visita guiada por el avión para mí y mis compañeros cineastas. Ambos deseos se cumplieron", rememoró Ford.

Es de esperar que las entrañas del avión se mantuviera en secreto por razones de seguridad, pero el resto no tenemos razones para no pensar en que fuera una muy buena recreación del Air Force One en el que volaba entonces el presidente real. Muy a pesar de sus responsables, esto no permitió hacer de la película un éxito de crítica. La vapulearon y la audiencia, aunque la vio en masa, tampoco habló bien de ella teniendo hoy una valoración de suspenso en webs como Filmaffinity.

¿Los problemas? Ya os lo podéis imaginar, un thriller de acción y secuestros que repetía demasiados clichés del género, empezando por una historia que se puso de moda hasta la saciedad por aquellos años consistente en presentar a un "ruso" malote exmilitar con deseo de restaurar el régimen anterior. Sin duda, el mundo de hace 30 años es muy distinto geopolíticamente al que hoy nos encontramos.

Por mi parrte siempre recordar el film con una sonrisa. Quizás hoy la veo algo un pelín larga, pero tenía esa dosis de intensidad justa para entretenerte y llevarte de la mano hasta el final. Si no la has visto o quieres recordar tiempos pretéritos, Air Force One está disponible dentro del catálogo de cine de Disney+. Recordad, dura algo más de dos horas y tiene un reparto de esos que pueden salvarte la peli.

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