James Wan es uno de los pocos directores de Hollywood que pueden presumir de haber dirigido dos taquillazos de más de mil millones de dólares pertenecientes a dos franquicias diferentes, Aquaman y Fast & Furious 7. Ambas son historias muy volcadas en la acción, pero donde el cineasta ha dejado huella es, sin duda, con sus obras de terror, ayudando a impulsar varias franquicias muy conocidas.
Una obra de un maestro del cine de terror
A poco que te guste este tipo de propuestas, te habrás atrevido en alguna ocasión a tratar de sumergirte en los mundos de Saw, Insidiuos y Expediente Warren, sagas que todavía hoy siguen disfrutando de estrenos en cines y que James Wan ayudó a situar, y de qué forma, en sus primeras películas. Pero hay otra película, esta no perteneciente a ninguna serie, al menos de momento, que al menos a mí me dejó impresionando gracias a la maestría detrás de cámaras en una escena.
Estoy hablando de Maligno (Malignant) y tranquilo, este tema aún está libre de spoilers. Solo me limitaré a adelantar que en sus 111 minutos de metraje, quizás demasiados para lo que es su historia, hay tiempo para una secuencia de acción de unos pocos minutos de duración que justificaban su visionado. Pero, ¿de qué versa exactamente la película? "En Maligno, Madison está paralizada por visiones impactantes de asesinatos espeluznantes, y su tormento empeora cuando descubre que estos sueños de vigilia son, de hecho, realidades aterradoras".

Otra forma de vendértela es hacernos eco de las simpáticas declaraciones de James Wan en su fase de promoción, cuando Carrie).
Dónde ver Maligno por televisión
Maligno se estrenó en cines a tiempo para Halloween en 2021 con una muy pobre recaudación de 35 millones de dólares, costó 40 millones hacer, motivada, en parte, por la decisión de Warner Bros. de apostar por un estreno simultáneo con HBO Max, condición que también sufrió films como El Escuadrón Suicida. El film aún puede verse a través del servicio de suscripción mencionado, pero desde hace unas horas también está disponible directamente a través de Netflix.
Aviso de spoilers. A continuación, os hablaré de esa escena tan impactante
Y ahora sí, me toca destripar el momento a que antes hacía alusión. Este en concreto sucede casi al final del largometraje y muestra a un personaje desatando un auténtico baño de sangre en una comisaría de Seattle después de que, bueno, alguien lo cabreara. La escena dura algo más de tres minutos y puede decirse que se llevó buena parte de la atención del rodaje por lo difícil que fue grabarla.