Una de las cosas que más me gustan de los juegos ‘pequeñitos’ es que suelen ofrecer experiencias redondas y bien encapsuladas. Puede que no merezcan una puntuación máxima en Steam. Fulminado de una sola sentada de esas que deja buen sabor de boca. Sobre todo, por algo muy sencillo: es gratis y no tiene ningún tipo de microtransacciones.
Un juego perfecto en su propuesta que recomiendo a todo el mundo
Lo más difícil con You Have to Win the Game es convencer a los jugadores más jóvenes de que realmente merece la pena. Quizá no se intuya por la foto de portada, pero el apartado artístico del título está inspirado en juegos que se estrenaron antes de que yo mismo naciera. En su modo por defecto, apenas hay cinco colores en pantalla y un estilo pixelado de cuando los píxeles se podían medir en centímetros. Este arte se puede modificar, eso sí, por uno con 16 colores. Igualmente retro, aunque algo más moderno. Se que esto a muchos no nos importa o incluso nos gusta, pero a dónde quiero llegar es a que el juego merece una oportunidad incluso si esa primera impresión os echa un poco hacia detrás. La idea es la siguiente: aprovecha que es gratis y que se descarga en cuestión de segundos para probarlo. Si no te gusta, pues, tampoco has perdido mucho.
Lo brillante de You Have to Win the Game está, en cualquier caso, en su jugabilidad. Es un juego de plataformas de dificultad injusta, pero con un salto tremendamente preciso que nos permite tener control total sobre el personaje. También, aunque suene contradictorio, es tremendamente amable. Hay saltos difíciles, pinchos situados en zonas que no podemos ver y siempre busca el proceso de ensayo y error. Sin embargo, es perfectamente consciente de su propia realidad. Cada pantalla tendrá un 'checkpoint' en el que reaparecemos una fracción de segundo después de morir. No se hace frustrante en ningún momento y sí ofrece una sensación muy satisfactoria si somos capaces de cumplir un desafío. Quizá algo nos lleve 20 intentos, pero es que en tiempo real eso puede ser menos de medio minuto.

You Have to Win the Game combina su aspecto plataformero con puzles y un diseño de mapa al estilo de los metroidvania. Hemos de ir descubriendo el escenario para avanzar, desbloquear mejoras como el doble salto y poder llegar a ciertas zonas que al principio eran inaccesibles. No hay minimapa y el juego tampoco lo necesita, pues terminara por resultar tremendamente intuitivo el saber por dónde debemos ir. Es un detalle consistente con el diseño del juego que, eso sí, nos puede complicar mucho buscar el 100% de los coleccionables ocultos. Yo decidí rendirme cuando llegué al 83% porque ya no sabía por dónde podría tirar. Pese a todo, insisto en que esto no os pondrá muchas complicaciones si simplemente queréis completar el juego.
Lo que sí resulta interesante es que, siendo un título gratuito, se esfuerza mucho por ofrecernos horas de contenido. No os miento al deciros que la campaña se pasa en poquito más de una hora. Sin embargo, hay varios modos extra. En primer lugar está el modificador de vida. Podemos jugar como un gato (solo podemos morir nueve veces) y en modo YOLO (solo se vive una vez). También hay disponibles dos versiones de la campaña. El escenario estándar de dificultad media ya resulta bastante complicado, pero existe una variación mucho más extrema que te pondrá verdaderamente contra las cuerdas. Lo cierto es que, para conseguir todos los logros, te puedes ir fácilmente a una docena de horas. You Have to Win the Game también es compatible, por supuesto, con el 'speedrun'.

Lo cierto es que es un proyecto tremendamente trabajado y sorprende que esté disponible de forma gratuita. Ha acumulado un 93% de reseñas positivas tras más de 5.600 críticas y muchos jugadores se han preguntado por qué su creador lo ha distribuido a cambio de nada. Lo cierto es que se trata de un desarrollador profesional que trabaja en itch.io. Como allí era gratis, decidió que lo correcto era no cobrar por él en Steam. Solamente acepta donativos por si alguien que lo completa se siente en deuda con el proyecto.
Todo sea dicho, el desarrollador no mantiene siempre este enfoque. Vaya por delante que nos parece genial que quiera sacar unos ingresos extra con sus juegos y más cuando son obras tan interseantes, pero habéis de saber que el ‘peligro’ de jugar a You Have to Win the Game es que quizás queráis compraros la segunda parte. También está disponible en la tienda de Valve y tiene un precio reducido de unos ocho euros. En ambos casos estamos hablando de obras que derrochan cariño por la industria del videojuego y que solo podemos recomendar.
Podéis añadir You Have to Win the Game a vuestra biblioteca desde su página oficial de Steam. En todos los casos lo recomendamos. También podéis echarle un vistazo a todos los juegos de Minor Key Games, desarrolladora y editora fundada por el creador en la que distribuye algunos productos independientes que no suelen tener una gran cuota de mercado. En algunos casos son proyectos del mismo creador de este título y en otros colaboraciones con otros autores independientes que necesitaban una mano para poder publicar en la tienda de Valve.
En 3DJuegos | Cómo se construye un gran éxito de Steam con más de 50.000 reseñas positivas e inspirado en One Piece.
En 3DJuegos | Jugar durante 4 horas a Assassin's Creed Mirage me ha hecho cambiar de opinión sobre el nuevo mundo abierto de Ubisoft.