En los últimos años Microsoft se ha hecho fuerte creando y comprando estudios de desarrollo.
La Forza Horizon, pero también me dolió en el alma ver como todos esos grandes estudios y creativos que hicieron de Xbox una consola única iban desapareciendo uno a uno.
Mientras la competencia se hacía fuerte apostando por sus estudios internos, los de Redmond se desprendían de su mejor arma dejando en manos de otros la creación de todos esos grandes juegos que debían dar infinitas alegrías a los jugadores de Xbox. Y así llegó perdíamos a Lionhead Studios, padres de Fable y Black & White, o nos quedamos sin el reputado FASA Studios, que dieron vida a videojuegos tan memorables como Crimson Skies o MechAssault.
La primera Xbox era una consola valiente como pocas
Más allá de su poderío gráfico que aún hoy en día sorprende gracias a la retrocompatibilidad de Xbox Series y sus mejoras gráficas, lo que me gustaba de la primera Xbox es que en su afán por abrirse paso en un mercado que por aquel entonces le resultaba totalmente ajeno, era valiente como pocas; se atrevían con todo y de esa filosofía nacieron series tan emblemáticas como Project Gotham Racing o Fable, disfrutamos de propuestas tan interesantes como Voodoo Vince, Midtown Madness 3, Brute Force, Blinx o el más desconocido Otogi de FromSoftware, padres de Dark Souls; e incluso firmaron exclusivas tan potentes como KOTOR, Ninja Gaiden, Las Crónicas de Riddick o The Elder Scrolls III: Morrowind. Microsoft necesitaba labrarse una buena reputación entre los jugadores y lo consiguieron de la mejor forma posible: con importante variedad de videojuegos de gran calidad. Pero luego la historia cambió.
la compra de Bethesda por Xbox ya es oficial, se dibuja un horizonte increíble para el aficionado de Xbox.
He recuperado esa ilusión y emoción que me cautivó en los tiempos de la primera Xbox
Si hablamos de Bethesda, de repente, la familia Xbox ha sumado a sus filas a equipos emblemáticos como id Software y la saga DOOM, o a los autores de Dishonored, o por supuesto, a los creadores de The Elder Scrolls. Y esta es ya un arma muy poderosa en manos de Xbox, que ya ha prometido dejarles trabajar como hasta ahora, con total libertad. Pero hay más. Porque si estos últimos años la marca se asociaba a un par de nombres y poco más, con el fichaje de Ninja Theory, Obsidian, Double Fine o Compulsion Games Xbox tiene la oportunidad no solo de que Xbox e Itagaki vuelvan a formar equipo, aunque todavía está por ver qué pasa con lo nuevo del autor de Ninja Gaiden de Xbox.
Lo que más me motiva es que Xbox ha vuelto a dar importancia al desarrollo de videojuegos, que no son ni más ni menos que tu mejor herramienta para crear una identidad propia. Luego ya se verá si son exclusivos o llegan a otras plataformas; para mí es lo de menos. Lo que quería, y lo que ansiaba, es que Xbox recuperara un papel que nunca debió abandonar, el de gran desarrolladora de videojuegos, y ahora que lo han hecho, me muero de ganas por descubrir su futuro. Pensar en un futuro The Elder Scrolls con todos los recursos de Microsoft a tu alcance; imaginar un nuevo juego de acción de Id Software, o pensar en lo que serán capaces de hacer equipos como Obsidian e Inxile Entertainment sin la presión del dinero solo me lleva a dar saltos de alegría. Me han devuelto la ilusión con la que descubrí y disfruté de la que es una de mis consolas favoritas, y esta sensación no la cambio por nada del mundo.