La desarrolladora nipona sigue produciendo barajas de cartas y tableros de ajedrez.
La mayoría de los aficionados sabrán que Nintendo comenzó su aventura empresarial en 1889 dedicada a la fabricación y venta de un popular juego de cartas conocido como Hanafuda. Una faceta que la marca japonesa todavía mantiene viva. En su página web, entre las jugosas novedades para Nintendo Switch, por ejemplo, los aficionados pueden encontrar una sección dedicada a la venta de juegos tradicionales japoneses.
Tal como explica Splatoon. Especialmente curiosas y bonitas resultan las cartas de juegos característicamente japoneses, como las cartas hanafuda o tengu.
Por supuesto no pueden faltar también juegos de tablero como el mahjong o el shogi. Sus componentes pueden comprarse fabricados en plástico o en una versión artesanal realizados en madera katsura. Algunos de estos tableros pueden llegar a costar hasta 4 mil euros. Un lujo para aquellos fans de Nintendo más fieles.
Que Nintendo siga manteniendo este tipo de productos disponibles casi 130 años después de su fundación es toda una declaración de principios y un recordatorio de hasta qué punto es toda una institución vertebral en la historia del ocio y el entretenimiento que ha sabido reinventarse a sí misma.