Hubo un tiempo en el que las aventuras gráficas eran el género narrativo por excelencia en los videojuegos. A finales de los 80 y principios de los 90, estudios como LucasArts y Sierra Entertainment dominaron el mercado con títulos que ofrecían historias profundas, puzles ingeniosos y personajes inolvidables. Entre todos ellos, dos juegos destacaron especialmente y se grabaron a fuego en mi corazoncito: Monkey Island y Grim Fandango.
Mientras que Monkey Island ayudó a definir las bases del género con su humor y mecánicas accesibles, Grim Fandango marcó el inicio de su declive, al ser uno de los últimos grandes títulos antes de que el género desapareciera casi por completo. Sin embargo, el legado de ambos no solo influyó en la industria, sino que también ayudó a que las aventuras gráficas resurgieran de las cenizas años después.
El auge de las aventuras gráficas
Las aventuras gráficas nacieron en los años 80 con juegos de texto como Zork o Colossal Cave Adventure, pero fueron la llegada de los gráficos y la interfaz point-and-click lo que realmente impulsó el género. En esta época, Sierra Entertainment dominaba con sagas como Maniac Mansion.
El verdadero punto de inflexión, sin embargo, llegó con The Secret of Monkey Island (1990), un juego que no solo consolidó el género, sino que redefinió cómo debían contarse historias en los videojuegos.
El impacto de Monkey Island
Bajo la dirección de Ron Gilbert, Monkey Island introdujo un sistema de juego mucho más accesible, eliminando la posibilidad de que los jugadores quedaran atrapados en un estado de "game over", algo común en juegos de Sierra. Además, su humor —si me preguntáis, uno de los mejores—, sus diálogos ingeniosos yel súper carismático Guybrush Threepwood, un aspirante a pirata enfrentándose al temible LeChuck, lo convirtieron en un clásico instantáneo. Conocí Monkey Island cuando todavía era una mini gamer total. Mi padre siempre ha sido fan de las aventuras gráficas y obviamente Monkey Island era una de sus sagas favoritas. Cuantísimo nos hemos podido reír con los duelos de insultos.
Su éxito generó secuelas y estableció las bases de las aventuras gráficas modernas. La combinación de puzzles que retan nuestra lógica, personajes memorables y una narrativa ligera pero más que efectiva hizo que el género alcanzara su pico de popularidad a lo largo de los 90. Sin embargo, los cambios en la industria pronto harían que las aventuras gráficas perdieran relevancia.
El declive del género: la llegada del 3D y la acción
A finales de los 90, la industria del videojuego estaba en plena transformación. La llegada de las consolas en 3D, como PlayStation y Nintendo 64, y el auge de los juegos de acción en tiempo real hicieron que las aventuras gráficas, con su ritmo pausado y su foco en el diálogo, fueran percibidas como un género un tanto anticuado.
Mientras juegos como Tomb Raider, Resident Evil y Metal Gear Solid ofrecían experiencias mucho más dinámicas y espectaculares en cuanto a la parte visual, las aventuras gráficas se mantenían fieles a su fórmula de siempre. En este contexto, LucasArts lanzó en 1998 Grim Fandango, un juego innovador pero que marcó el final de la era dorada del género.
El papel de Grim Fandango
Dirigido por Tim Schafer, Grim Fandango fue una apuesta arriesgada. Abandonó los gráficos 2D tradicionales y adoptó un motor 3D sobre fondos pre-renderizados, algo que era realmente innovador para la época. Su historia, inspirada en el Día de los Muertos mexicano, sigue a Manny Calavera, un agente de viajes del inframundo en una conspiración criminal. Si habéis leído algún otro reportaje de esta autora, sabréis que Grim Fandango es uno de mis juegos favoritos, no solo por lo que significa para mi —recuerdos emotivos, os podéis imaginar— sino porque fue un juego realmente bueno en su época que, aún manteniéndose fiel al género, era algo totalmente novedoso.
El juego fue reconocido por su diseño artístico, su pedazo de guion y su atmósfera especial, pero su nuevo sistema de control, basado en movimiento tipo tanque, fue criticado por ser algo torpe y poco intuitivo. Aunque Grim Fandango recibió muchos elogios, no fue un éxito de ventas —de verdad que no lo entiendo—, lo que llevó a LucasArts a abandonar las aventuras gráficas.
Después de esto, el género entró en un periodo de declive total, con cada vez menos títulos lanzados al mercado y el resto de géneros comiéndole la tostada. Parecía que las aventuras gráficas habían pasado a mejor vida, como Manny y compañía.
El resurgir de las aventuras gráficas: de Monkey Island a la era moderna
A pesar de ese bache en el camino (el declive comercial del género), las aventuras gráficas no llegaron a ser olvidadas del todo. En 2009, LucasArts lanzó ediciones remasterizadas de Monkey Island, lo que permitió que una nueva generación de jugadores redescubriera la saga y se enamorasen de ella igual que lo hicimos el resto anteriormente.
De la misma manera y para alegría general en mi casa, Double Fine Productions, el estudio de Tim Schafer, lanzó en 2015 una remasterización de Grim Fandango. Esta versión actualizada consiguió resolver esos problemas de control y mejoró los gráficos, lo que permitió que el juego fuera apreciado por un público nuevo... y puso a Grim Fandango en el pedestal en el que debía de haber estado desde el principio. Además, el auge de los juegos narrativos impulsados por estudios como Telltale Games (The Walking Dead, Life is Strange continuaron demostrando que el formato narrativo de las aventuras gráficas todavía tenía un lugar en la industria.
El Día del Tentáculo fue uno de los títulos que ayudaron a consolidar la afición por las aventuras gráficas en España
No podía hacer este reportaje y no nombrar a una de las joyas del género en nuestro país; El Día del Tentáculo (1993). Este juego, también de LucasArts, tiene un lugar especial, no solo por su innovador uso de los viajes en el tiempo, el humor absurdo o su estilo visual inconfundible, sino porque fue uno de los títulos que ayudaron a consolidar la afición por las aventuras gráficas en España, donde la traducción al castellano permitió a muchos disfrutarlo por completo. En mi caso, y como os podréis imaginar ya a estas alturas, le tengo un cariño especial porque, efectivamente, es otro de los juegos favoritos de mi padre. Me lo descubrió en la adolescencia —benditas remasterizaciones— y desde entonces, siempre que veo a ese tentáculo púrpura con ansias de dominar el mundo me sale una sonrisita.
El legado de Grim Fandango, Monkey Island y demás
Si algo demostraron Monkey Island y Grim Fandango es que las aventuras gráficas no desaparecieron, sino que evolucionaron. Monkey Island definió el género y lo llevó a su máxima popularidad, estableciendo una fórmula que sigue influyendo a los desarrolladores actuales. Por su parte, Grim Fandango marcó de algún modo el final de esa era más clásica, pero también se convirtió en un referente atemporal, y su remasterización ayudó a revitalizar el género.
Hoy en día, las aventuras gráficas han resurgido gracias a estudios indie que han sabido adaptar sus mecánicas al público moderno. Juegos como Return to Monkey Island y el resurgimiento de Broken Sword demuestran que el género sigue más vivo que nunca... y si alguna vez te has preguntado por qué este género sigue siendo tan querido, solo tienes que jugar a cualquiera de estos títulos para descubrirlo. Te prometo que no te arrepentirás.
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