Muchos de los que hemos jugado a videojuegos durante el tiempo suficiente tenemos una partida guardada de la que estamos orgullosos. Un archivo que conserva los logros obtenidos tras cientos de horas de juego y que está ahí para dar fé de algo que seguramente recordemos con cariño. Hay infinitas razones por las que querríamos guardar nuestras partidas incluso si las jugamos hace una eternidad y no tenemos intención de volver a ellas. Sin embargo, ninguna es tan emotiva como la de un miembro de la comunidad que usa una 'save' de The Legend of Zelda: A Link to the Past para recordar a su padre.
Un recuerdo creado a través de los videojuegos
La historia se hizo viral a través de las redes sociales después de que Gene Park, periodista de videojuegos, lanzase la pregunta al público: "¿Cuál es vuestro archivo de guardado más preciado? Salvaría dos si mi casa se incendiase: uno es mi 'save' de Bloodborne". Lo cierto es que son hazañas considerables y muchos otros jugadores tiraron por este camino de retos superados que requieren muchas horas jugadas o completar tareas tediosas. Sin embargo, la anécdota más interesante y emocional fue la ya mencionada sobre A Link to the Past.
"Mi archivo de guardado más preciado: Las partidas de Zelda de mi padre. El siempre jugaba en el primer 'slot', yo en el segundo. Falleció en 2008. Nunca las borraré", decía el jugador adjuntando la captura de una partida casi al 100%. "La encendí una vez para ver donde se quedó (La Pirámide, después de derrotar a Ganon). Sin embargo, no obtuve nuevos objetos ni busqué la pieza de corazón que faltaba. No quería alterar cómo estaba el juego. Sinceramente, se sintió un poco raro. Era como si yo no perteneciera a ese lugar", terminaba explicando el .
La historia dio lugar a que otros de la comunidad se animasen a compartir anécdotas similares y también a que el jugador recibiese un consejo muy importante. Aunque muchos piensan que las partidas guardadas son eternas, tienen fecha de caducidad por culpa del 'hardware' en el que se han almacenado. En este caso, los cartuchos de Super Nintendo dependen de una pila y si esta se agota (o se desconecta para cambiarla) se borran. Aunque no hay datos exactos, las estimaciones son que la energía dura unos 20 o 30 años. En este sentido, es buena idea hacer copias de seguridad utilizando las diferentes herramientas disponibles.
Lo cierto es que es una anécdota muy interesante y que cada vez será, tanto para lo bueno como para lo malo, más habitual. Buena parte de los s que vivieron el ‘boom’ de los videojuegos en los años 90 ya ha tenido o está en edad de tener hijos. Es lógico pensar que hoy en día hay más recuerdos compartidos a través del videojuego que nunca y partidas que, si bien ahora mismo no significan mucho, dentro de unos años pueden tener un valor sentimental incalculable.
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