El éxito de Arcane ha provocado un efecto mariposa que empezó con un GTP y ha terminado obligándome a desinstalar varias aplicaciones

El éxito de Arcane ha provocado un efecto mariposa que empezó con un GTP y ha terminado obligándome a desinstalar varias aplicaciones

  • Saltar de League of Legends a Wild Rift fue el principio de todo

  • El final fue una enganchada a Teamfight Tactics que ha derivado en la peor noche que recuerdo

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Jinx
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Rubén Márquez

Editor - Trivia
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Rubén Márquez

Editor - Trivia

Hace unos días comentaba por aquí cómo el éxito de League of Legends. Tras 15 años esquivando la posibilidad, el poder jugar con amigos que llevaban años en él y mi entusiasmo con la serie me invitaron a darle una oportunidad. Tal y como gran parte de la comunidad me alertó en el GG, el programa que hacemos de lunes a jueves a las 15:00h en el Twitch de 3DJuegos, aquello era un craso error. Tenían razón.

Sin embargo, como quien reparte sospechosos caramelos en la puerta de un colegio, mi amigo y compañero de andanzas en el programa y en esta santa casa, Razablán, me invitó a ir un paso más allá de lo comentado en aquél artículo: ¿Has probado League of Legends Wild Rift en el móvil? Del craso error saltamos al desastre monumental.

De Arcane a League of Legends Wild Rift

Habiendo sido jugador de consola desde que tengo uso de razón, reconozco que la adaptación a jugar con teclado y ratón en el League of Legends de PC fue menos compleja de lo que esperaba, pero seguía a kilómetros de sentirme completamente cómodo mientras tenía que lidiar con aprender a jugar.

Al tener unos días por delante en los que estaríamos alejados del PC por el viaje para asistir a los League of Legends: Wild Rift para poder seguir aprendiendo y, de paso, probar si los controles con joystick más cercanos a un mando tradicional servían de algo.

Wildrift

El resultado fue una enganchada brutal en la que, poco a poco, empezaba a controlar más no sólo lo que yo era capaz de hacer, sino también la situación que me rodeaba, así que tras varios días jugando a la versión de móviles, al llegar a casa tras los premios intenté trasladar lo aprendido y dominado al League of Legends de PC. Nada que ver, lamentablemente, y el manquismo extremo volvió a aparecer.

Tras varias partidas en solitario perdidas, decidí que aquello era una señal para ponerle punto y final a la experiencia y salí del juego. Al hacerlo, una pequeña luz brillante me empezó a llamar desde el cliente de Riot Games. Y como soy como las urracas, no pude evitar pulsar sobre ella. Acababa de entrar a TFT, y del desastre monumental salté a la calamidad extrema.

De Teamfight Tactics al GTP

Sería feo no reconocer que aquella nueva aventura que consistía en probar Teamfight Tactics "para ver qué tal" terminó a las 4 de la mañana tras una gloriosa victoria. Sí, soy de esa gente capaz de abandonar un juego a la primera de cambio, pero sólo si eso viene después de haber ganado.

Tft

El caso es que, habiendo jugado en su día al primigenio Auto Chess, no sólo conocía al dedillo los entresijos detrás del diseño de TFT, también me resultaba terriblemente adictivo. Durante los días posteriores seguí jugando en ratos muertos hasta que anoche, tras una enzarpada considerable, lo que iba a ser "una partida y ya" se alargó más de lo necesario respecto a la hora de dormir que me había autoimpuesto.

Hoy puedo decir que ha sido una de las noches que peor he dormido en mi vida, o al menos de las que tengo recuerdo. Era cerrar los ojos y empezar a ver muñecos por todos lados. Los abría, me giraba, e intentaba conciliar el sueño, pero el colocar a Jinx y Vi en el tablero volvía a repetirse una vez tras otra. En cierto punto de la noche, me despertó mi mujer para preguntarme si me pasaba algo, que no paraba de rascar la almohada con los dedos y que estaba soñando. "Ah, pues no sé", contestaba yo a medio camino entre la risilla infantil y sentirme completamente estúpido.

Lo que estaba viviendo, un paso más allá de lo comentado sobre el Efecto Tetris relatado hace algunas semanas con un caso similar, se conoce como GTP, las siglas en inglés de "fenómeno de transferencia de juego". Si el Efecto Tetris se limita a experiencias visuales, las investigaciones de psicología sobre el GTP parecen ir más allá, sumando así a imágenes en la mente otros aspectos como escuchar la música del juego o mostrar comportamientos involuntarios.

Si en tu mente ahora resuenan las palabras "estás mal de la cabeza", yo te digo: "sí, lo sé". Y como la primera parte de la solución es reconocerlo, y la segunda es poner medidas, acabo de borrar tanto TFT como Wild Rift de mi teléfono porque, itámoslo, no tengo medida. Dicho esto, tremendos juegazos.

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