Sony centra esfuerzos en sus grandes marcas. Pero, ¿dónde está el riesgo por los nombres nuevos y la innovación?
Me pasaba Álvaro este tuit de Lance MacDonald en el que Shawn Layden hacía un alegato en defensa de los grandes juegos que tiene el legado de Sony, no solo con grandes clásicos, sino con apuestas tan originales como Vib Ribbon. Juegos de los que hay que estar orgulloso y reivindicar, porque también tienen su hueco en la industria.
El artículo de Jason Shreier que nos deja la actualidad de hoy es interesantísimo, aunque un tanto tendencioso. Bajo el titular de "La obsesión de Sony por las superproducciones está provocando malestar en el imperio de PlayStation", nos habla en su mayoría de una historia diferente: la de un estudio incipiente que plantea una propuesta de proyecto a una gran corporación y termina siendo absorbida por esta última.
6 years ago @ShawnLayden delivered this mostly forgotten speech for PlayStation at E3, which for some reason it really stuck with me as the thing that makes PlayStation so appealing. The CEO saying "It wasn't a multi-million seller, but that wasn't the point" at the time was nice pic.twitter.com/iK6KdnXm4w
— Lance McDonald (@manfightdragon) November 30, 2020
PlayStation, en esta nueva y cara generación, busca, ante todo, evitar riesgos
Al final, ha ocurrido lo que tenía que ocurrir (y lo que el artículo buscaba en su mayoría), que hablemos del estado de Sony para la siguiente generación y su búsqueda de perpetuar sus juegos más reconocidos (y caros), dejando en el camino a estudios como Japan Studio, con propuestas más humildes. La nueva alarma la ha saltado la intención de la compañía por crear un, en mi opinión, innecesario remake del primer The Last of Us. Una decisión que reafirmaría la idea de que PlayStation, en esta nueva y cara generación, busca, ante todo, evitar riesgos.
Creo que lo primero que tenemos que entender es que la nueva generación está disparando unos presupuestos que ya venían desorbitados en el terreno AAA de la anterior. Crear las grandes superproducciones más esperadas no solo requiere cada vez de más dinero, sino que, además, busca ser una apuesta cada vez más segura. Se pierde, por tanto, la experimentación y las ganas de innovar, pues tales cosas aumentan el riesgo. Esto nos lleva al panorama actual: una Uncharted que tenga en su haber, no son suficientes para rellenar el calendario de toda una generación.
Por tanto, sucede un escenario algo distinto: esas propuestas más frescas y originales vendrán por parte de estudios fuera de su ecosistema directo. De sus First Party. Juegos ya anunciados como el citado Returnal o Little Devil Inside, no serán exactamente marca PlayStation. No serán Vib Ribbon.
Sinceramente, el plan no cambia drásticamente la situación. Seguirá habiendo esos juegos frescos y originales por parte de esos desarrolladores adyacentes. Pero algo sucede en el terreno triple A. Si evitas correr esos riesgos, tendrás a tus estudios apurados toda la generación con la creación de los próximos Horizon 2, Ghost of Tsushima 2, Spider-Man 2, God of War 2, Uncharted 5 y, como máximo, confías tanto en Naughty Dog que les dejes hacer lo que les dé la gana. ¿Les dará tiempo a sus mejores estudios, con lo que cuesta sacar un nuevo juego, a crear algo más?
Nos enfrentamos a un panorama donde PlayStation ya no contribuirá a su legado histórico
Ya no solo es que perdamos juegos como negando una secuela.
En resumen, si todos tus estudios están enfrascados en secuelas y los otros más pequeños han sido desmantelados para externalizar el desarrollo, entonces te enfrentas a un panorama donde la marca PlayStation actual no está contribuyendo a ese legado histórico con grandes nombres nuevos, y tampoco con otros más pequeños, desenfadados. Y, sí con riesgo.