Los responsables de Steam realizarán cambios para que nadie más pueda aprovecharse de los fallos del juego.
El pasado mes de agosto la liga de esports ESL dio a conocer Counter-Strike: Global Offensive, tras descubrirse que habían abusado de un bug de espectador que les permitía colarse y observar las partidas de sus escuadras desde prácticamente cualquier punto del mapa, permitiéndoles así avisar a los suyos sobre la ubicación de sus adversarios. Ahora y para replicar esta postura ejemplar, Valve anunció que castigará a su manera a más entrenadores que también se aprovecharon de esa trampa.
En total fueron 37 entrenadores los expulsados, todos ellos pertenecientes a equipos que participaban en las ligas de las compañías que integran la Comisión de Integridad de los eSports (ESIC por sus siglas en inglés). Dichos s fueron dados a conocer en una lista en septiembre del 2020 y, en su momento, sus respectivas organizaciones tomaron cartas en el asunto; pero ahora es la propia Valve la que decidió sumarse y sancionarlos por igual.
Los castigos impuestos por la compañía consisten en la expulsión de toda competencia oficial del juego (Major), dependiendo del tiempo y la manera en la que se hayan aprovechado del bug. Algunas expulsiones fueron de apenas un torneo y otras hasta cinco pero, en los casos más severos, la exclusión fue permanente.
Aunado a esto, Valve también realizó algunos cambios importantes en el juego con los que buscará que nadie más recurra al bug. A partir de la próxima actualización, se restringirá el a las salas y servidores online en las que vayan a participar los jugadores; ningún entrenador o miembro del equipo podrá unirse en lo absoluto a la partida ni mantenerse en o con ellos durante el encuentro.